domingo, 18 de diciembre de 2011

El Museo de Málaga reivindica sus tesoros desde el palacio episcopal

Tiene la plaza del Obispo el encanto añejo del pedigrí, la belleza contenida y sublime de los lugares donde se detuvo la historia. El futuro, los estudiantes de Bellas Artes esparcidos por el suelo, con la mirada puesta en la Catedral y la mano puesta en el lápiz sobre el cuaderno de bocetos. El pasado, el Barroco, el Romanticismo, la vanguardia. Todo en una pequeña sala del Palacio Episcopal. Conforme se entra, a la izquierda.

Una nueva entrega de 'Esencias', en ciclo con el que el Museo de Málaga va repasando su ingente catálogo de fondos en el Palacio Episcopal (donde 'Génesis de una colección' acaba de cumplir un año en cartel). Recuerden: más de 15.000 referencias arqueológicas y más de 2.000 títulos en su sección de Bellas Artes. Aquí se juntan once. Cede la tentación al símil futbolero. Una alineación de lujo: Luis de Morales, el taller de José de Ribera, Moreno Carbonero, Moreno Villa, Stefan...

Un paseo que comienza en el siglo XVI y concluye en el XX. Una mirada sosegada sobre tres asuntos que cruzan la historia de la pintura: la anatomía, la arquitectura y la perspectiva. Sirve de guía la comisaria de la exposición, la profesora de Historia del Arte de la Universidad de Málaga (UMA) Carmen González, quien destaca en primer lugar la «calidad extraordinaria» de las tres piezas que abren el discurso de la muestra.

Se trata de tres referencias incluidas en las colecciones del Museo del Prado, pero en depósito en el Museo de Málaga: una 'Dolorosa' (c. 1520 - 1586) y un 'Ecce Homo' realizados por Luis de Morales y un 'Fragmento de el martirio de San Bartolomé' (c. 1641) atribuido al taller de José de Ribera.

La comisaria de la exposición incluye estos títulos iniciales en el apartado del montaje dedicado a la anatomía humana. Un asunto que enlaza estas tres piezas con títulos como 'Estudio' (1893) de Enrique Jaraba, 'Estudio de anatomía masculina' (c. 1870) firmado por Bernardo Ferrándiz o 'Escena de juegos' (1871) a cargo de José Moreno Carbonero.

Una pieza inédita

Pasa así el visitante del esplendor del Barroco a la pintura del XIX con reminiscencias románticas. Y en la pared principal de la sala del Palacio Episcopal que acoge la nueva entrega de 'Esencias' encuentra uno de los grandes reclamos de la muestra: una pintura expuesta por primera vez al público y que perteneció a la Casa de Alba, como destacaron ayer los promotores de la exhibición.

Una escena alegórica anónima de la escuela española del siglo XVIII, «un cuadro basado en un dibujo de Pietro da Cortona», como adelantó la comisaria de la muestra. González añadió que según sus primeras investigaciones, esta «primicia» para el público presentaría una alegoría de la familia Barberini, la poderosa casta toscana que alumbró, entre otros personajes poderosos del siglo XVI, al papa Urbano VIII.

La joya de la exposición culmina la sección de la muestra dedicada a la arquitectura (como telón de fondo de la escena alegórica se erige la fachada del Palazzo Barberini) y sirve además de puente imaginario para cruzar del pasado más o menos reciente a las propuestas contemporáneas. Aquí destacan dos obras de José Moreno Villa: 'Caballo blanco en el salón' (1935) y 'Paisaje' (1929-30).

Títulos que abren el asunto de la perspectiva en el que se incluyen dos obras gráficas de Stefan von Reiswitz, cierre de un montaje que hasta finales de marzo de 2012 recuerda al público que el Museo de Málaga sigue vivo... en el Palacio Episcopal.

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